¿Qué hacer con las ramas rotas?

¿Qué hacer con las ramas rotas?

Tras el paso de la borrasca Filomena por gran parte de nuestro país, es momento de revisar los desperfectos, que no son pocos. ¿Sabías que, solo en la ciudad de Madrid, se calcula que hay que retirar unas 400 toneladas de ramas rotas? ¿Y que se han dañado nada más y nada menos que el 70 % de los árboles de la capital? Según las estimaciones del propio Ayuntamiento de Madrid, se requiere una inversión de 70 millones de euros para reparar los daños y reforestar las zonas verdes.

Esto, en lo que respecta a los espacios públicos, pero ¿qué hay de las propiedades privadas? Si vives en una zona afectada por Filomena y tienes un jardín o un terreno, es muy probable que tengas que ponerte manos a la obra para arreglar los destrozos. Desde maquinariadejardineria.net no queremos que te sientas solo en esta tarea, por eso hemos recopilado varios consejos y pautas para que recuperes tu terreno de forma eficaz y con la máxima seguridad.

A continuación, encontrarás información que te resultará muy útil, tanto hoy como en el futuro. Porque, no lo olvidemos, estos temporales ahora nos parecen inusuales, pero próximamente estarán a la orden del día. Son muy pocos los que dudan, a día de hoy, del más que probado cambio climático que está experimentando nuestro planeta. Diversos indicadores registrados oficialmente desde hace años acreditan que hoy tenemos unas regiones mucho más cálidas que entonces. Estos son algunos de esos indicadores:

  • Aumento del nivel del mar: entre los años 1900 y 2016, el aumento total ha sido de 21 centímetros, aunque es desde 1993 cuando el ritmo comienza a aumentar considerablemente.
  • Incremento de la temperatura del agua: en el último siglo la temperatura media ha sido un 0,1 ºC más cálida. Esto puede parecer insignificante, pero, al ser persistente, está afectando gravemente al coral y al krill, especies marinas muy sensibles a cualquier cambio de temperatura en el mar y que son parte importante de la cadena alimentaria. 
  • Procesos de acidificación: este factor en el agua se mide con el pH, un valor que en los últimos 150 años se ha incrementado un 30 %, una variación que no se daba, por lo menos, en los últimos 25 millones de años.

Estos cambios tendrán, inevitablemente, sus efectos en la vida y el entorno de las personas. Numerosos expertos aseguran que fenómenos extremos que antes vivíamos cada 100 años (por ejemplo, la borrasca Filomena) es posible que acontezcan ahora cada año.

Evaluar daños, el primer paso

A nadie le gusta ver árboles con ramas rotas en su jardín. Pero ¿sabes que hay algo todavía más importante que esa ‘mala imagen’? Hablamos, concretamente, de la salud de los árboles. Piensa que, si algunas de sus ramas se han roto de forma brusca, esa ‘herida’ puede convertirse en la puerta de entrada de numerosas infecciones. Por ejemplo:

  • El oídio: también se conoce como cenizo, y provoca que las hojas de los árboles enfermen y se caigan.
  • La roya: al árbol afectado le aparecen pequeñas manchas rojas, amarillas o naranjas en las hojas y en los tallos, haciendo que se sequen y se caigan.
  • La negrilla: esta enfermedad se manifiesta en forma de polvos negros en las hojas de los árboles.

Tanto para evitar que tus árboles enfermen y mueran, como para conseguir que tu jardín vuelva a lucir igual de bonito que antes del paso de Filomena, lo primero es realizar un chequeo general del terreno. Estas son, a grandes rasgos, las comprobaciones que te recomendamos que hagas, y las medidas a adoptar en cada caso:

¿Hay acumulación de nieve?

Si se ha acumulado nieve en alguna o varias ramas de los árboles, es importante que actúes con rapidez. Ten en cuenta que el peso puede hacer que se rompan en cualquier momento y esto, aparte de una pena, es un riesgo. ¿Y si cae justo cuando alguien pasa por debajo? Para evitarlo, retira la nieve utilizando una simple escoba o un rastrillo.

El procedimiento es el siguiente: agita con suavidad cada rama en la que observes que hay nieve acumulada, para que poco a poco esta se vaya cayendo. Si las ramas están rotas o a punto de romperse, haz lo mismo dejando que se caigan al suelo los restos. Así, dejarás la rama libre y solo tendrás que tratarla como veremos a continuación.

¿Hay partes heladas?

Si hay ramas que se han helado, has de examinarlas bien para saber si están dañadas. Si es así, lo mejor es que las cortes y las retires. Eso sí, preferiblemente espera para ello a que mejore el tiempo. Así, te resultará mucho más sencillo.  

Más adelante, con el inicio de la primavera, será el momento de perfeccionar y mejorar esa poda.

¿Hay astillas por retirar?

Además de la nieve y del frío, el viento también puede dañar en buena medida las ramas de los árboles de tu jardín. De hecho, el daño más común causado por este fenómeno meteorológico es la rotura de las ramas

Si la rotura es solo parcial, y hay una parte de la rama a punto de desprenderse de la parte principal, lo que tienes que hacer es cortarla del todo con ayuda de una buena sierra.

Recuerda, además, que no debe quedar en la rama ninguna astilla por podar. Si el daño se ha causado sobre el tronco del propio árbol, límpialo sin miedo con un podón.

Medidas de seguridad

Para nosotros, más importante incluso que los trabajos de poda y sus buenos resultados es la seguridad. Por eso, nuestras máquinas están equipadas con todas las funcionalidades y accesorios necesarios para que trabajar con ellas sea lo más sencillo del mundo.

Pero, aparte de disponer del mejor material del mercado, para trabajar los árboles dañados con seguridad hay que tomar una serie de precauciones. ¿El objetivo? Evitar la mayor parte de los riesgos de trabajar con los árboles. Los más importantes son los siguientes:

  • Caídas desde lo alto de las ramas o del árbol.
  • Golpes por caída de ramas rotas.
  • Electrocuciones por contacto con circuitos eléctricos.

¡No te preocupes! Sabemos muy bien cómo evitar estos riesgos. Interioriza todos los consejos que tenemos que darte al respecto. Así, sabrás que cada paso lo das con la mayor seguridad. Toma nota:

  • Elige bien la jornada de trabajo: aparte de que tú debes encontrarte en perfectas condiciones, el tiempo que haga el día que vayas a podar también es importante. Es mejor que no llueva, ni haga viento, ni tampoco mucho frío o mucho calor.
  • Utiliza equipos de protección completos: esto es, casco, guantes, botas antideslizantes, arnés de seguridad si vas a escalar, ropa resistente para evitar rozaduras, gafas de seguridad y protecciones para los oídos si las herramientas que vas a usar son ruidosas.
  • Revisa el lugar antes de empezar: has de comprobar que no haya nidos, colmenas o hiedras venenosas en las ramas, por ejemplo. 
  • Camina sobre seguro: si vas a usar una escalera para llegar a las ramas más altas del árbol, asegúrate de que esta esté bien atada al tronco. Y, si vas a posarte o caminar sobre una rama, cerciórate primero de que esta aguantará todo tu peso.
  • Realiza cortes limpios: tanto por el bien de las ramas como por el tuyo propio y el de las personas que estén a tu alrededor, los cortes que hagas deben seguir un determinado procedimiento. Empieza con la muesca, continúa con la bisagra y termina con el corte trasero final.

Aparte, no está demás recordar que cada máquina que emplees para la poda de ramas rotas viene acompañada de sus instrucciones. Léelas con detenimiento, trabaja con calma y solo si estás bien despejado, no tomes atajos y, si tienes dudas, contacta con un profesional.

Tratamiento de las ramas

El principal problema para los árboles que tienen ramas rotas o dañadas es que pierden su protección frente a los patógenos que hemos comentado al principio. Digamos que, cuando la rama de un árbol se rompe, se forma en su ‘cuerpo’ una ‘herida’. Y esta ‘herida’ tiene que cicatrizar y curar. 

Como ocurre con las humanas, las heridas de los árboles también hay que tratarlas para que no se infecten. En este caso, utilizaremos una pasta o masilla cicatrizante, después de cortar limpiamente la rama con una sierra. Nos referimos a un tipo de producto compuesto por aceites vegetales y resina, capaz de formar una barrera impenetrable que protege al árbol de cualquier agresión externa. Además, suele contener elementos fungicidas. 

Esta masilla cicatrizante la extenderemos en y alrededor de la herida del árbol, mediante una espátula. Es posible, después de esta primera aplicación, que al secarse la masilla se agriete. Si esto sucede, no lo dudes y aplica una segunda capa de producto.

Después del tratamiento, llegan los mimos. Ahora, el árbol necesita todos tus cuidados. Así que riégalo como si estuviéramos en época de sequía y apórtale fertilizantes.

Hasta aquí, nuestros mejores consejos para retirar, cortar y curar las ramas rotas de los árboles. Todas estas pautas te resultarán siempre de utilidad, pero especialmente si tu zona acaba de verse afectada por un temporal como el de Filomena.