Bidones y barriles para el almacenaje y transporte del vino

El proceso de elaboración de un vino no acaba una vez obtenido el jugo de la uva. Cada tipo de mosto requiere unas condiciones específicas de conservación, para lograr una fermentación óptima que dé lugar a un caldo de calidad, y unos recipientes idóneos que permitan transportarlo sin alterar su calidad. En este sentido, los bidones y barriles para almacenar y transportar vino son herramientas imprescindibles para conseguir que las propiedades y cualidades de un vino permanezcan intactas hasta el momento final de su consumo y disfrute.

Además de las tradicionales barricas de roble, esenciales en la elaboración de grandes caldos, a la hora de conservar y poder transportar el vino con todas las garantías también tienes depósitos, fabricados en distintos materiales y con capacidad diversa, perfectos para pequeños y medianos productores. En cualquier caso, el aumento del comercio del vino español a nivel mundial, hace que conocer las características y prestaciones de los bidones y barriles para vino que existen sea importante para cualquier amante de la enología que quiera producir y comercializar, a mayor o menor escala, su propia producción vinícola.

Tipos de bidones y barriles para vino

Tanto en el proceso de elaboración como en el de la distribución de vinos, los bidones y barriles son la opción más práctica y eficiente para su conservación y traslado. Los exportadores saben que un depósito de vino apropiado es indispensable para garantizar que su producto llegará en perfecto estado a cualquier lugar del mundo.

Después de su paso por la despalilladora y la prensa, el jugo que se obtiene de la uva necesita un periodo, más o menos largo, de reposo que dará lugar a la fermentación y a un nuevo caldo con aromas y textura propias. Evitar que factores externos, como la humedad ambiental, la luz o los cambios bruscos de temperatura alteren su calidad, es lo que se pretende al conservar el mosto y el vino en innovadores depósitos pensados para este fin.

Dependiendo de la cosecha y del vino que quieras conservar, hay que distinguir tres tipos básicos de barriles y bidones atendiendo, fundamentalmente, al material en el que están fabricados:

Barriles de madera

Se utilizan principalmente para la fermentación y/o conservación de caldos de alta calidad y están hechos de madera de roble (francés o americano). Además de los grandes barriles con los que cuentan las bodegas tradicionales, también los puedes encontrar a pequeña escala, con capacidad diversa y de distintos tipos, por ejemplo, para ser colocados en posición vertical u horizontal, con pie de patas altas o con pie copero…

Bidones y barriles en acero inoxidable

En la actualidad son los depósitos para vinos más utilizados, tanto en el proceso productivo como a la hora de transportar el vino manteniendo inalterables sus características organolépticas. Resisten a la posible oxidación y también a la acción corrosiva de los ácidos propios del vino. El tipo de acero inox que suele utilizarse en su fabricación es el AISI – 304 y el AISI – 316. Los puedes encontrar para el almacenaje y conservación de unos pocos litros de vino y también en forma de grandes tanques, donde podrán permanecer inalterables hasta su posterior embotellado.

Barriles plásticos y de resinas

Son especialmente apreciados por la ligereza del material en el que están hechos, algo que los hace especialmente apropiados para el transporte seguro de los distintos caldos. Los bidones plásticos, con cierre hermético, asas y grifo para vaciado son ideales para el cómodo y eficiente traslado de pequeñas producciones, siempre con la garantía de que el vino llegará a destino en perfectas condiciones.

Bidones y barriles para vinos ¿qué tener en cuenta?

El material en el que están fabricados y la capacidad de almacenaje son dos características básicas de los bidones y barriles enológicos a las que hay que sumar otros detalles, en los que es importante fijarse para determinar, con exactitud, el más adecuado según cada necesidad.

Depósitos para transporte agrafado, que minimicen la posible acción del movimiento durante el traslado y que tengan un racor que permita incorporar grifos en caso necesario; bidones ‘siempre llenos’ (con tapa interior flotante que descienda a medida que el recipiente se va vaciando para garantizar, así, que no entre oxígeno alguno que pueda estropear el vino), barriles de fondo plano o barriles cónicos, depósitos con cierre automático, con grosores variables en fondo y paredes o con tapa de polvo para evitar la entrada de impurezas… son solo algunos de esos detalles con los que deben contar los bidones y barriles de vino para mejorar la fermentación, la conservación y el transporte de los caldos independientemente de la cantidad de producción.

Bidones y barriles: otros usos

Los bidones y barriles generalmente utilizados en el sector enológico, también pueden servir para el almacenamiento y transporte de otras bebidas fermentadas como la cerveza, la sidra e incluso algunos licores que admitan la destilación casera. Los de tamaño más pequeño y con grifo pueden convertirse no solo en un práctico y seguro depósito para líquidos diversos, sino también en un bonito elemento decorativo en cualquier bodega. Por último, conviene recordar que algunos modelos de bidones de vino fabricados en acero inoxidable están pensados para que resulten versátiles y puedan servir, además, para el almacenaje y transporte de aceites vegetales como el de oliva.